domingo, 12 de mayo de 2013

LOS SUPERHÉROES: MADE IN USA: ¿PROPAGANDA POLITÍCA?



El cómic, al igual que el cine o cualquier otro medio de comunicación para las masas, ha servido para uno u otro bando como perfecto difusor de propaganda política. Basta con poner los rasgos de quien tenemos al otro lado de la barricada para que sean asimilados como el súper-villano que quiere destruir el mundo pero que evidentemente será frenado por el héroe de la función, que acabará por alzarse como ganador invicto de la batalla por el control del mundo y de las “libertades” a pesar de haber utilizado métodos similares para tal finalidad. Pero esto poco importará, ya que el lector irremediablemente se sentirá atraído por el heroico defensor que irremediablemente y de manera subliminal acaba de cambiar su inclinación política.
Es bien sabido que los grandes malvados no pueden matar poco, no han de ser viles raterillos a los que se les escapa una bala y liquidan al transeúnte de turno, para eso ya está la policía y no merece la pena hacer un cómic de policías en el mundo de los superhéroes. Otros que tampoco acaban triunfando en el inconsciente colectivo son los que utilizan una maldad sin límites al estilo de Galactus, que se merienda planetas enteros sin tener ningún tipo de remordimientos, esto los hace inhumanos, y de difícil aceptación para el lector que nunca llegará a creer tanta maldad. Así que el termino medio que mayor pavor y a la vez mayor admiración desprende es el super-villano nazi.
Las grandes editoriales de cómics de superhéroes siempre lo han tenido claro, el mal ha de tener cara de nazi, ha de lucir su simbología y predicar su credo de totalitaria dominación aria del mundo, esto le hará más creíble y a la vez también mucho más temible. Sin lugar a dudas, durante la Segunda Guerra Mundial estos personajes jugaron no sólo el importante papel propagandístico que comentaba antes, sino también una intrínseca empatía con quien leía el capítulo de la semana, lo que llevó a los editores a sacarle aún mayor tajada al asunto una vez acabada la guerra, de manera que los enemigos del pueblo americano no eran solamente los malvados comunistas sino el enemigo nazi que con anterioridad ambos habían abatido en el campo de batalla.
Lejos quedan las ansias de poder de Cráneo Rojo, súperenemigo de otro fascista (Sólo que esta vez encubierto) que era el Capitán América y que durante su primera época se dedicó a sacudir a todas las hordas nazis, ya fuesen miembros de las SS, mutantes o viles monstruos creados por el Menguele de turno para hundir a las tropas aliadas. El mismo Namor, se las tuvo que ver en más de una ocasión con los amigos del III Reich, atacando submarinos y desviando torpedos que disparaban Merrano y sus colegas del Súper Eje (Nazi). John Byrne creó una de las mejores obras de súper-villanos nazis, teniendo al Submariner como salvador de la humanidad del terror ario con una de las mejores malvadas (Quizás tan sólo superada porElsa en el cine) que se han creado para el cómic y que se enfundaba como nadie un estupendo traje de las SS, consiguiendo de esta manera una de las mejores series realizadas de Submariner.
No sólo Marvel ha sabido aprovecharse de los hipnóticos símbolos nazis, otras editoriales de cómics como Dark Horse hicieron lo mismo. ¿Quién podía ser el mejor enemigo de un personaje como Hellboy? Evidentemente un nazi sin sentimientos, así que Mike Mignola acertó al crear a Kroenen, quizás el nazi más enigmático que se ha dibujado para el cómic, el hombre sin rostro cubierto de cuero, aspecto que sin lugar a dudas supo aprovechar Guillermo del Toro en la adaptación cinematográfica, destacando de mayor manera la faceta sado-maso del personaje al dotarlo de aún más cuero que el Kroenen dibujado por Mignola.
DC contaría entre sus filas le malhechores nazis con el Capitán Nazi, enemigo del Capitán Marvel, que al menos a mi juicio nunca llegó a fraguar, pero que tenia su punto kitsch que no dejaba de hacerlo atractivo a los ojos del lector o el Barón Blitzkrieg, personaje también enigmático al igual que Kroenen, y que su vestimenta a medio camino del caballero de la Edad Media y superhéroe le aportaban también un inquietante y curioso aire kitsch de lo más tronchante.
De entre todas las estanterías en las que he tenido que hurgar y las webs que he visitado para documentar este post, no he encontrado ni un solo superhéroe nazi, algo que por otro lado no me extraña, recuerden el jaleo que se organizó con la edición del Hitler = SS de Vuillemint y Gourio, pero les tengo que reconocer que me habría hecho gracia, encontrarme a un súper-ario repartiendo mamporros entre los aliados, aunque tan solo fuera por incorrección política, pero claro no me veo a los de la Marvel en esas guisas.
El 27 de febrero de 1940, en plena II Guerra Mundial, la revista 'Look' publica una historieta especial de Superman titulada “Cómo terminaría Superman la guerra” (“How Superman would end the war”) en la que el superhéroe acaba capturando a Hitler y a Stalin y entregándolos para que sean juzgados en la Sociedad de Naciones. Unas semanas después, y aunque parezca mentira, las mismísimas SS se dan por aludidas y publican un insultante artículo contra Superman y contra su creador, Jerry Siegel, al que tildan de judío “intelectual y físicamente circuncidado”. Ésta es la historia:
La primera viñeta del cómic para la revista 'Look' –diseñado por Siegel y Joe Shuster – presenta a Superman corriendo hacia las líneas alemanas y destrozando cuanto encuentra su paso. Unas cuantas viñetas más adelante, se introduce en un búnker, agarra a Hitler por el cuello y se lo lleva volando por los aires en dirección a Moscú. “Joe, te presento a Adolf” – dice Superman ante un patidifuso Stalin. Un momento después, y sin tiempo para más presentaciones, Superman agarra a los dos dictadores de la pechera y se los lleva volando en dirección a Ginebra, hacia la sede de la Sociedad de Naciones.
Más allá de la naturaleza propagandística de la historieta (aunque a aquellas alturas EEUU aún no había entrado en la guerra), lo que más llama la atención es que la respuesta que el régimen nazi daría unas semanas después a través de una de las revistas oficiales de las SS.
El 25 de abril de 1940, el “Schwarze Korps”, revista semanal de las SS, publica un artículo titulado “¡Siegel ataca!”, en el que califican al autor del cómic de judío “intelectualmente circuncidado”, creador de un personaje “de apariencia inexpresiva, con un bañador rojo y la habilidad de desplazarse volando por el éter”. Además de tachar a Siegel de ‘pesetero’ y “saduceo”, los autores del artículo se divierten cachondeándose abiertamente de Superman, un “musculitos” de “poses bastante raras”, que se entretiene “desviando cañonazos como si fueran Spaghetti”.
Respecto a su triunfal entrada en la Sociedad de Naciones, los autores del artículo critican que Superman se salte las más elementales normas de protocolo de una institución, que “seguramente prohíba la participación de personas en traje de baño en sus deliberaciones” “Pero Superman ignora esto, – prosigue el artículo – igual que ignora las más sencillas leyes de la física, la lógica y la vida en general”


Para terminar, el artículo de las SS lanza un último desprecio al trabajo de Siegel. “Trabaja en la oscuridad – dice – de una manera incomprensible. Él grita “¡Fuerza!” ¡Coraje! ¡Justicia!, a las anhelantes y nobles generaciones de niños americanos, pero en lugar de enseñarles sanas virtudes, inculca el odio y la maldad en sus corazones”. “Jerry Siegel apesta” – concluye el artículo – ¡Pobres jóvenes americanos, que deben vivir en un ambiente envenenado sin siquiera ser conscientes del veneno que les ofrecen cada día!”.

Fuente: http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?f=31&t=2129



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